lunes, 24 de enero de 2011

Los DRAGONES muestran la cosmovisión de las distintas culturas


El rasgo común de todos los dragones es el de ser  animales de tierra, mar y aire, que se fusionan de una forma tan armoniosa, que siempre resulta ser la criatura más bella e imponente que se haya visto, y que representa el más perfecto balance entre belleza y fealdad. Un animal divino y  único digno de ser el emblema y guardián del poder de la naturaleza.
El simbolismo alrededor del dragón es esencialmente el de la lucha. La lucha entre el dragón y un héroe o un dios tiene, sin embargo, distintos significados. En estos míticos combates el dragón asume dos papeles, el de devorador y el de guardián que tienen finalmente una sola raíz: el de un ser cósmico en espera, cuya acción implica la muerte y el nacimiento de un orden nuevo universal.
Según las distintas culturas, los Dragones tienen diferentes interpretaciones, podemos citar algunas. Destacando inicialmente una marcada diferenciación. Los dragones chinos (o long), los japoneses (o ryū) y los coreanos son vistos generalmente como benévolos, mientras que los europeos pos celtas son generalmente malévolos.
Los dragones chinos y japoneses simbolizan el poder espiritual supremo, el poder terrenal y celestial, el conocimiento y la fuerza
La mitología germana incluye al dragón (Nidhug o Níðhöggr) entre las fuerzas del inframundo. Se alimenta de las raíces de Yggdrasil, el fresno sagrado que extiende sus raíces a través de todos los mundos. Los antiguos escandinavos (los vikingos), adornaban las proas de sus naves esculpiéndolas en forma de dragón. Usaban esta decoración en la creencia de que así asustarían a los espíritus (Landvaettir) que vigilaban las costas a las que llegaban.
Los cristianos heredaron la idea hebrea del dragón, que aparece en el Apocalipsis, del apóstol Juan, y en otras tradiciones posteriores. En el arte cristiano del Medioevo simboliza el pecado y al aparecer bajo los pies de los santos y mártires representa el triunfo de la fe y los reinos cristianos sobre el diablo. La leyenda de San Jorge y el dragón muestra claramente este significado. En el simbolismo medieval la idea de lucha contra dragones sirvió para fortalecer la motivación de los reinos cristianos Se presentaban a menudo también como representaciones de la apostasía, la herejía y la traición, pero también de cólera y envidia, y presagiaban grandes calamidades. Es casi una marca característica del catolicismo, más allá de lo que Cristo haya enseñado, poner al diablo o el mal como el todopoderoso que castiga a los que no creen lo que se les impone, forma de mantener bajo el control de su poder a los ciudadanos y justificar así la destrucción de todo opositor o no creyente considerándolo dueño de un alma tomada por el mal y siendo su único camino aceptar lo impuesto o morir ya que así lo disponía la ley divina.
Para los celtas, el dragón era una divinidad de los bosques, cuya fuerza podía ser utilizada por los magos. Entre los conquistadores celtas de Britania fue símbolo de soberanía, y durante la ocupación romana de la isla adornó los estandartes de guerra, convirtiéndose en un símbolo heráldico y luego militar.
Coinciden todos en que el símbolo del Dragón se corresponde a la naturaleza y sus fuerzas divinas. Para unos es de signo positivo cuando para otros lo es del negativo. Esto además demuestra los distintos puntos de vista que cada cultura tienen sobre el mismo fenómeno, lo que nos marca los destinos que cada una elige y las formas de relacionarse con los distintos planos que se extienden más allá del plano físico…

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