El calendario celta es luni-solar, con meses equivalentes a ciclos lunares y años con cantidades variables de meses, con el fin de ajustar determinados períodos (5 años de 62 meses) a las estaciones.
El año céltico constaba de 2 semestres, el primero «sombrío» o «de mal tiempo» (noviembre-abril) y el otro «claro» o «de buen tiempo» (mayo-octubre).
El primer mes del año, «Samon[ios]», se iniciaba con la fiesta de «Samhain» o «Trinox Samoni», cuarenta días después del equinoccio de otoño (22 de septiembre), y que más tarde fue cristianizada como fiesta de Todos los Santos.
El primer mes del segundo semestre también empezaba con otra fiesta, el «Árbol de mayo» o las «Flores de mayo», cuarenta días después del equinoccio de primavera (21 de marzo).
Cada mes estaba formado por 2 quincenas, la segunda de las cuales se centraba en la luna nueva o «Atenoux».
Según Robert Graves (en La diosa blanca), los druidas denominaban los meses según el nombre del árbol que florecía o fructificaba en la época correspondiente.
Para dicho autor, los años de 13 meses tenían la siguiente relación con los árboles:
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